miércoles, 23 de septiembre de 2009

Mès que un club, menys que un pais

Más que un club, menos que un país. Eso es lo que le diría a Joan Laporta si tuviera la oportunidad de conversar con él. No es algo tan negativo que alguién utilice una institución deportiva como lanzadera política siempre y cuando eso no afecte a la imagen de esa institución. Actualmente son pocos, por no decir ninguno, los dirigentes de clubes de fútbol que no utilizan su cargo como escaparate ante un mundo totalmente mediático en el que se ha convertido el llamado "deporte rey" en nuestro país, por no decir Europa. Veánse las recientes adquisiciones por millonarios de clubes como el Chelsea o el Manchester City. De hecho en los últimos días ha saltado la noticia de la compra del hombre más rico de Rusia de un equipo de baloncesto que ahora no recuerdo.
Admitamos entonces que el palco de un estadio como el Camp Nou es una tribuna excelente para darse a conocer. El presidente Laporta lo ha hecho estupendamente. Se ha dejado querer por unos y otros en lo que al arco nacionalista catalán se refiere. Algún día tendremos que analizar aquí las diferencias entre nacionalismo y catalanismo ya que no ser nacionalista o separatista no implica la ausencia de un discurso catalanista sencillo y cercano a una realidad como ente político que es Cataluña.

Pues bien, como decía, es algo totalmente común lo que ha hecho Laporta. Se ha dejado querer y ahora corre el rumor muy bien fundado de que Reagrupament.cat (escisión de Esquerra) quiere llevarlo como cabeza de lista en las elecciones al Parlament de este otoño. Personalmente dudo que Laporta se embarque en una aventura así porque podría darse un buen batacazo nada más poner el pie en la arena política y ser flor de cartel de un día.

Lo que tiene de execrable el comportamiento del presidente del Barça son declaraciones comparando Cataluña como entidad nacional y Madrid como una mera comunidad creada alrededor de la capital de España. Aunque personalmente opine que Madrid es artificial como otras CCAA y que es Castilla no es algo que un dirigente deportivo tenga que discutir a través de los medios con Jorge Valdano, el cual ha afirmado que el Barcelona mira desde Cataluña hacia dentro y el Real Madrid desde España hacia afuera.

No apruebo las palabras de Valdano, más bien las detesto.Le sigue el juego a Laporta, tanto hablar de Cataluña versus España con el Barça de por medio. Como culé no me siento identificado con este presidente, lo cual no es necesariamente malo. Es un buen presidente deportivamente hablando y un excelente gestor. Los títulos y el juego azulgranas así lo plasman sobre el césped. Pero utilizar una institucion como es el Barcelona, con seguidores tanto fuera como dentro de Cataluña, hace que muchos nos sintamos indignados con actuaciones pancarteras a favor de esto o de lo otro de un personaje que es público gracias a la presidencia, ya que antes era conocido pero sólo en los círculos empresariales catalanes y eso no le hacía estar en páginas y páginas de diarios tanto deportivos como no deportivos. De hecho el problema es ese, que el presidente de un club sea una "estrella mediática" con pretensiones políticas. Son legítimas pero no lo es apropiarse de algo tan querido para muchos como el Barça.

Y es que amigos, el Barça es más que un club, no una plataforma política. Es ilusión y sentimiento.

Nota: Foto Publico.es

domingo, 20 de septiembre de 2009

Comencemos con la crísis, que es lo que preocupa.

Voy a empezar este blog, que versará sobre política, actualidad y algunas pinceladas personales, con un breve análisis de la situación. Quiero empezar diciendo que mis opiniones no son sesgadas pero si de acuerdo a una determinada ideología o compendio de ellas. No soy un liberal, ni un conservador, ni un democristiano. Soy Javier y tengo mis propias ideas, pero coinciden con un "modelo ideológico" en determinados temas. Estoy afiliado a un partido político que responde a mis expectativas de pensamiento y orientación políticas. Te invito a que averigües cual es. Creo que te lo he puesto fácil ya.




Empiezo hablando como no de la crísis, que es algo que preocupa a todos. A ZP el primero, a pesar de que sea un completo incompetente. En dos tardes Jordi Sevilla no pudo inculcarle mucha política económica y Solbes... Los dos han dejado el Congreso de los Diputados, hace poco, hartos de este cúmulo de desprópositos que es el Gobierno (o Desgobierno) de España.


Seguimos a vueltas con la crísis. El PSOE, por medio de José Blanco, ha hecho esta mañana en un acto socialista, de esos que no celebran nada pero sirven para distraer en el Telediario dominical, una demagogia un tanto extraña en la que dice que el aumento impositivo servirá para "poder pagar las pensiones de las viudas". Es curioso, porque ayer se hacían públicas las intenciones del Gobierno de aumentar sólo en 1% las pensiones y un 2% las pensiones mínimas.


Os voy a dar unas cifra, la pensón de viudedad de está entre 421,41 € a 561,55 €  mensuales si no tienes cargas familiares. Esto quiere decir que aumentarían... entre  8,43  a 11,23  mensuales. Una subida anual de 118 a 157,22 anuales por cada viuda que el PSOE va a defender del enemigo social que es el PP (modo ironía On) . Cuando salgan las cifras finales de lo que va a significar el incremento impositivo podremos hacer una reflexión de como distribuye todo el esfuerzo solidaria que ha pedido a las clases medias.


Vaticino que Zapatero y su ¿equipo? va a despilfarrar un dinero que en manos de los que haremos ese esfuerzo solidario al menos no dinamitaria aún más la economia nacional, por no hablar de nuestra propia economía doméstica. Se hace necesario el planteamiento eficaz de una reforma estructural laboral, y una adecuada política fiscal sin cheques (lo menos progresivo que ha inventado un gobierno en este maltrecho país que es el nuestro).


Y, por favor, señores socialistas, acuerdense de esas pymes y autónomos que crean el 80% del empleo. Cada pyme que cierra y cada autónomo que se da de baja en la Seguridad Social son empleos que se destruyen.


¿Economía sostenible socialista? Yo lo llamaría caos insostenible.